Un reciente análisis del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) revela que el sector eléctrico global atraviesa la transformación más significativa en décadas. El aumento sostenido de la demanda, el impacto de la inteligencia artificial (IA) y el avance acelerado de las energías renovables están redefiniendo el futuro de la electricidad.

El estudio, respaldado por datos de la Agencia Internacional de Energía, advierte que las emisiones globales continúan en ascenso, incluso en medio del desarrollo tecnológico. En este contexto, el MIT destaca tres tendencias clave que marcarán la próxima década.

1. Una demanda eléctrica mundial en franco aumento

La demanda global de electricidad crecerá un 40% hacia 2035, impulsada por el aumento poblacional, el crecimiento económico y el mayor acceso a tecnologías que requieren consumo energético intensivo, como sistemas de climatización.

Mientras Estados Unidos y Europa habían mostrado estabilidad en el consumo eléctrico en años recientes, el MIT anticipa un repunte significativo por la expansión de la inteligencia artificial y el desarrollo masivo de centros de datos.

El informe también resalta que el aire acondicionado será uno de los principales impulsores de esta demanda. La mejora de ingresos en países emergentes permitirá que millones de hogares adopten estos sistemas, añadiendo 330 gigavatios al consumo máximo para 2035. A esto se sumarán otros 170 gigavatios causados por el incremento de las temperaturas globales.

2. Inteligencia artificial y centros de datos: un impacto local creciente

Aunque su peso global aún es limitado, la concentración de centros de datos genera presiones locales sin precedentes sobre las redes eléctricas. En Estados Unidos, estos centros serán responsables de la mitad del aumento total de demanda eléctrica hasta 2030.

La inversión en centros de datos superará los USD 580.000 millones en 2025, cifra superior a la inversión mundial destinada al suministro de petróleo. Pero a nivel global, su contribución al crecimiento de demanda será inferior al 10% en la próxima década.

La ubicación de estas infraestructuras cerca de grandes urbes plantea retos complejos para la estabilidad de las redes eléctricas, obligando a desarrollar nuevas soluciones de gestión energética y almacenamiento.

3. Las energías renovables dejan atrás al carbón

Por primera vez, durante la primera mitad del año, la energía solar y eólica se convirtieron en la principal fuente de electricidad a nivel mundial, desplazando al carbón. El MIT anticipa un retroceso acelerado del carbón antes de 2030.

La energía nuclear también tomará un papel más relevante, con un incremento proyectado del 33% en capacidad instalada para la próxima década, luego de años de estancamiento.

Además, el MIT señala que cerca del 80% del crecimiento en la demanda eléctrica provendrá de territorios con altos niveles de radiación solar, facilitando el avance de la energía fotovoltaica.

Sin embargo, el informe advierte que los avances actuales aún son insuficientes: las emisiones globales alcanzarán un nuevo récord este año. El reto será combinar innovación tecnológica y velocidad para lograr que la próxima década marque un verdadero punto de inflexión en la historia de la electricidad.