Durante los últimos meses, la posibilidad de un apagón eléctrico en Colombia ha ganado espacio en el debate público. Centros de investigación y gremios del sector energético han advertido que, si no se corrigen ciertos cuellos de botella, el país podría enfrentar problemas de abastecimiento hacia 2028.

Sin embargo, el Gobierno nacional sostiene una postura distinta. Según el Ejecutivo, el sistema eléctrico colombiano no solo no enfrenta una crisis inminente, sino que avanza hacia una etapa de mayor estabilidad y diversificación.

“No habrá desabastecimiento”: UPME

La principal base técnica de esta confianza proviene de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), encargada de proyectar la demanda y planear la expansión del sistema. De acuerdo con sus modelos más recientes, el consumo eléctrico en Colombia crece de manera gradual y dentro de rangos previsibles.

“El Gobierno nacional reafirma que no habrá un desabastecimiento de energía eléctrica en el país. La infraestructura eléctrica nacional tiene la capacidad necesaria para cubrir la demanda de manera confiable”, señala la UPME.

En el corto y mediano plazo, la demanda diaria se ubicará entre 206 y 246 GWh-día, con desviaciones menores al 1 %. Esto indica que el consumo real ha seguido muy de cerca las proyecciones técnicas, reduciendo el riesgo de escenarios inesperados de estrés en el Sistema Interconectado Nacional.

A más largo plazo, la UPME proyecta un crecimiento promedio de la demanda del 2,33 % anual entre 2025 y 2039. Este ritmo permite planificar con anticipación la entrada de nueva capacidad de generación.

El crecimiento no será uniforme en todo el país. El Caribe lidera el aumento con un 3,98 % anual, mientras regiones como Antioquia, Oriente y el Suroccidente registran incrementos más moderados. Para el Gobierno, esta lectura regionalizada demuestra que el sistema tiene margen para adaptarse sin sobresaltos.

Renovables e infraestructura: los otros pilares

Otro argumento clave para descartar un apagón es la transformación de la matriz energética. Colombia pasó de una participación marginal de renovables no convencionales a integrar más de 3 gigavatios de capacidad limpia ya conectados al sistema.

Hoy, estas fuentes representan más del 15 % de la matriz eléctrica, lo que fortalece la confiabilidad al diversificar las tecnologías y reducir la dependencia de unas pocas fuentes, especialmente frente a riesgos climáticos.

A esto se suma la expansión de la infraestructura eléctrica. El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, aseguró que el país acelera la entrada de nuevos proyectos y cuenta con un plan robusto para acompañar el crecimiento esperado de la demanda.

“Con información técnica de la UPME y del operador del sistema, confirmamos que Colombia no tiene riesgo de apagón. Estamos diversificando la matriz y tomando decisiones responsables para garantizar el suministro en todo el territorio nacional”, afirmó el ministro.

Así, mientras persisten las alertas desde algunos sectores, el Gobierno insiste en que la combinación de planeación técnica, expansión de renovables e inversión en infraestructura permite descartar un escenario de crisis eléctrica en el país.