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Señales de política pública equivocadas tienen en vilo la inversión en el sector eléctrico
Varias compañías han abandonado Colombia en los últimos años ante la falta de garantías para invertir en proyectos energéticos. Pese a la llegada de capital orientado a fortalecer la capacidad de generación con tecnologías renovables —solar, hidráulica y eólica— múltiples barreras han frenado la entrada en operación de iniciativas clave.
Según cifras de XM, operador del mercado eléctrico, los retrasos se han convertido en una constante. En los últimos cinco años, el país ha registrado niveles críticos de entrada en operación de capacidad nueva:
- 2020: 15,7% de la capacidad esperada
- 2021: 7%
- 2022: 27,5%
- 2023: 17,47%
- 2024: 25,29%
- 2025: solo 8,5% de lo proyectado
Los obstáculos no se limitan a generación. Los proyectos de transmisión presentan retrasos de hasta 13 años en el Sistema de Transmisión Nacional y de hasta 11 años en el Sistema de Transmisión Regional. Esta situación amenaza la expansión del Sistema Interconectado Nacional y limita la entrada de nuevas fuentes de energía.
Un problema estructural
Los cuellos de botella obedecen a múltiples factores: trámites ambientales extensos, conflictividad social en los territorios, procesos de consulta previa y una política pública que, según agentes del mercado, ha resultado débil y contradictoria.
El discurso oficial ha desincentivado el desarrollo de plantas térmicas e hidráulicas, que históricamente han garantizado la confiabilidad del sistema. A esto se suma que las empresas deben invertir alrededor de $13 billones anuales —más cargas ambientales y sociales— sin apoyo de recursos del Presupuesto General de la Nación.
Como consecuencia, grupos como EDP Renewables y Statkraft optaron por vender activos y salir del país, enviando una señal de alerta sobre la disminución de la inversión extranjera en el sector.
La falta de entrada en operación de nueva capacidad incrementa el riesgo de desabastecimiento, especialmente en periodos de hidrología crítica o demanda alta. Además, encarece la energía al depender de fuentes más costosas y deteriora la confianza del mercado.
Eólica: avances mínimos y proyectos en pausa
En Colombia existen 17 proyectos eólicos, pero solo dos entregan energía al sistema. Siete están en trámites ambientales o de consulta previa, mientras que ocho permanecen suspendidos. Estos últimos representan 1.500 MW, incluyendo los proyectos Alpha y Beta de EDP Renewables.
“Impulsamos renovables, pero se retrasan procesos de licenciamiento ambiental. Pedimos acelerar la transición, pero se genera incertidumbre regulatoria”, señaló Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgén.
Frente al estancamiento, Ecopetrol ha comenzado a asumir la propiedad de algunos proyectos, como parte de su plan para adquirir hasta 2 gigavatios de capacidad renovable. Entre estos está el emblemático proyecto eólico Windpeshi en La Guajira, anteriormente de Enel Colombia, que estaba suspendido por falta de acuerdos con comunidades locales.
De acuerdo con Enel Colombia, Windpeshi podría generar 1.011 GWh anuales, energía suficiente para abastecer a cerca de 500.000 hogares, equivalente a ciudades como Ibagué o Montería.
En total, Colombia cerrará 2025 con 2.685 MW de capacidad renovable en operación comercial, impulsada por 27 proyectos nuevos. Aunque la participación de renovables pasó del 2% al 13% en dos años, sigue siendo inferior a lo proyectado inicialmente.
“La transición no se logra con discursos; se logra destrabando proyectos y garantizando la seguridad energética”, recalcó Gutiérrez.
