
La sostenibilidad energética de Colombia está en duda por retrasos en proyectos, déficit financiero, dependencia de gas importado y vulnerabilidad climática.
El sector energético colombiano atraviesa un momento crítico. Diversas tensiones han generado incertidumbre sobre la capacidad del país para cubrir la futura demanda energética. Factores como la fragilidad de la matriz energética ante el clima, el retraso en nuevos proyectos, y un creciente déficit financiero complican el panorama.
Colombia depende en un 65% de fuentes hidroeléctricas para la generación de electricidad, pero los eventos de sequía reducen esta capacidad, obligando a depender de termoeléctricas que usan gas natural. Este recurso representa solo el 11% de la matriz y presenta serias limitaciones.
Gas importado: solución costosa y contaminante
En 2024, las importaciones de gas aumentaron drásticamente del 7,5% al 20% del consumo. Naturgas advierte que las reservas actuales solo alcanzan para seis años. Importar gas triplica su precio y eleva en 50% las emisiones frente a su producción local.
Este escenario eleva los costos de generación, impacta el medio ambiente y plantea dudas sobre la viabilidad de una transición energética sustentable.
Déficit financiero: comercializadoras al borde
Las comercializadoras de energía acumulan una deuda de $7,6 billones. El 42% proviene de la opción tarifaria aplicada durante la pandemia, el 38% de subsidios a estratos bajos y el 16% de deudas públicas. Si el Gobierno no asume parte de esta carga, las tarifas podrían duplicarse.
El aumento tarifario afectaría tanto a usuarios como a empresas, poniendo en riesgo la estabilidad de toda la cadena energética.
Proyectos de generación estancados
Según la Upme, más del 52% de los proyectos energéticos presentan retrasos. Tres de los cinco proyectos con mayor capacidad instalada están atrasados, siendo el caso más crítico el Parque Eólico Beta en La Guajira, con un atraso del 52,7%.
Estos retrasos impactan directamente la oferta de energía, generando mayor presión sobre los precios y los subsidios estatales.
Renovables: promesa incumplida
Proyectos solares y eólicos enfrentan barreras como demoras en consultas previas, permisos ambientales y conexión a la red. La falta de articulación entre entidades y la ausencia de plazos claros han llevado a empresas como EDP Renewables a retirarse y a Celsia a reconsiderar proyectos como Acacia y Camelias.
Estos obstáculos desincentivan la inversión en energías limpias, a pesar de su papel crucial en la transición energética.
Un llamado urgente a decisiones estructurales
Si el país no acelera la ejecución de proyectos energéticos y no mejora la regulación, la brecha entre oferta y demanda crecerá. Esto pondría en riesgo no solo la sostenibilidad del sistema energético, sino también la competitividad económica de Colombia en los próximos años.