Foto: Ministerio de Minas y Energía
Comunidades Energéticas darán el salto a gremio nacional, marcando un hito en la gobernanza de la transición energética
El Ministerio de Minas y Energía anunció la creación de una agremiación nacional de Comunidades Energéticas, una iniciativa que promete transformar la organización social, la producción de conocimiento y la sostenibilidad del que será uno de los nuevos renglones económicos del país. El movimiento recuerda al histórico nacimiento de la Federación Nacional de Cafeteros en 1927.
Este anuncio se realizó en el marco de la II Cumbre de Gobernanza para la Transición Energética Justa y la Paz, desarrollada en Santa Marta junto a PARES. Según el Ministerio, la apuesta busca que las comunidades accedan de manera democrática al derecho a la energía y participen directamente en la riqueza derivada de la expansión de las energías limpias.
El Ministerio explicó que esta futura agremiación permitirá impulsar procesos de articulación, formación y fortalecimiento institucional. Su objetivo es que las Comunidades Energéticas puedan producir conocimiento, consolidar sostenibilidad técnica y financiera y participar activamente en la toma de decisiones en el sector energético.
Esta visión responde a la directriz del ministro Edwin Palma Egea, quien desde el inicio de su administración planteó la necesidad de superar la lógica asistencialista y convertir a las comunidades en sujetos políticos completos. “No se trata de que las comunidades sean únicamente beneficiarias; se trata de que adquieran una voz y un rol decisorio en la transformación energética”, reiteró el Ministerio durante la Cumbre.
Reconocer a las Comunidades Energéticas como un nuevo actor político dentro del mercado energético implica que ya no serán simples usuarias del servicio. Ahora podrán producir, gestionar y participar en decisiones sobre generación, comercialización y uso de la energía, promoviendo criterios de justicia social, territorial y ambiental.
Esta democratización del sector abre espacios de interlocución directa con empresas y entidades estatales, rompiendo la histórica concentración del sistema energético y fortaleciendo la autonomía de los territorios.
Finalmente, el Gobierno del Cambio afirmó que esta agremiación será clave para garantizar que la riqueza generada por las energías limpias beneficie directamente a las comunidades. Así como el café consolidó un sector económico representativo para Colombia hace casi un siglo, las Comunidades Energéticas podrían convertirse en una fuerza social y productiva capaz de impulsar la Transición Energética Justa, fortalecer las economías locales y garantizar un modelo energético más democrático.
