Foto tomada de: Portafolio.co
Las reservas probadas de gas natural en Colombia han sufrido una drástica caída del 56,6% en la última década. De acuerdo con el más reciente informe de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), el país pasó de tener 4,75 terapiés cúbicos en 2014 a solo 2,06 terapiés cúbicos en 2024.
Solo entre 2023 y 2024, la caída fue del 13%, reduciendo la autosuficiencia energética de 6,1 a 5,9 años. Esta tendencia ha generado preocupación entre expertos del sector, quienes alertan sobre la necesidad de nuevas exploraciones para evitar la dependencia del gas importado.
El exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, advirtió que esta reducción refleja una creciente brecha entre la oferta nacional y la demanda, lo que podría impactar negativamente las tarifas para los usuarios.
Cifras clave del informe de la ANH
- Reservas probadas cayeron de 2,37 a 2,06 terapiés cúbicos entre 2023 y 2024.
- Tasa de reposición en 2024 fue de apenas el 12%.
- Solo se incorporaron 42 giga pies cúbicos frente a una producción de 351 giga pies cúbicos.
- 66% de los volúmenes agregados desde 2018 provienen de gestión sobre reservas conocidas.
Para la Asociación Colombiana de Gas (Naturgas), la situación debe ser leída con urgencia. Según su presidenta, Luz Stella Murgas, existen recursos en tierra y mar que podrían convertirse en reservas probadas si se actúa con visión estratégica.
Además, advirtió que más de 36 millones de colombianos y buena parte de la industria dependen del gas natural, y que una reducción sostenida en las reservas afectará directamente la calidad de vida y el desarrollo económico del país.
El gas natural no solo abastece a los hogares, sino que respalda hasta el 30% de la generación eléctrica durante fenómenos como El Niño. Con más de 8 millones de colombianos en pobreza energética, garantizar el acceso a este recurso es clave para cerrar brechas sociales.
El informe de la ANH confirma un panorama complejo para el sector gasífero colombiano. Ante la caída sostenida de reservas, se hace urgente una política energética que priorice la exploración y aproveche el potencial nacional antes de que la dependencia del gas importado se convierta en una realidad ineludible.
