
Foto tomada de: El Colombiano
Colombia enfrenta el desafío de asegurar inversiones por más de $40 billones en los próximos 10 años para garantizar un suministro eléctrico confiable y evitar un apagón. La mayor parte de esos recursos deberán destinarse a generación, transmisión y distribución, con un papel clave del capital privado.
Según el operador XM, en los últimos cinco años la capacidad de generación añadida al sistema ha estado muy por debajo de lo proyectado. En 2025, por ejemplo, apenas se ha incorporado el 1,4% de lo esperado, lo que representa un riesgo creciente de insuficiencia energética.
La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) estima que se debe aumentar entre 2.500 y 3.000 MW la capacidad eléctrica instalada, pues de lo contrario el país podría enfrentar un déficit del 4% en 2028 y del 6% en 2030.
El presidente de Andeg, Alejandro Castañeda, indicó que de los $40 billones requeridos, $18 billones deben ir a generación, $10 billones a distribución y $12 billones a transmisión. De esa nueva oferta, entre 700 y 800 MW deberán provenir de fuentes térmicas para garantizar firmeza del sistema hacia 2028.
Retos y condiciones para la inversión
- Regulación clara y estable que brinde confianza a los inversionistas.
- Agilización de trámites y licencias para proyectos energéticos.
- Tasas de interés competitivas que permitan financiar proyectos a largo plazo.
- Reducción del riesgo país frente a otros mercados de la región.
- Mayor seguridad en los territorios y fortalecimiento institucional.
Expertos como Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual, advierten que las tasas de interés actuales, junto con la percepción de riesgo país, limitan la llegada de capital. A esto se suma la pérdida del grado de inversión, que encarece aún más el fondeo de proyectos.
No obstante, la encuesta de Acolgen revela que el 67% de las empresas planea aumentar sus inversiones en generación en 2025, destacando recursos en modernización de plantas hidroeléctricas, térmicas y energías renovables. La clave estará en generar condiciones que atraigan inversión privada y garanticen la estabilidad del sistema eléctrico nacional.
El fantasma del apagón de los años 90 vuelve a rondar, pero Colombia tiene la oportunidad de evitarlo si logra movilizar recursos privados, fortalecer la regulación y garantizar un entorno de confianza. Los próximos años serán decisivos para asegurar la sostenibilidad energética del país.